SAN Ambrosio era capaz de leer en silencio (las palabras pasaban del libro a su mente, sin tener que ser articuladas mediante sonidos). Esta habilidad asombraba a san Agustín.
SAN Ambrosio era capaz de leer en silencio (las palabras pasaban del libro a su mente, sin tener que ser articuladas mediante sonidos). Esta habilidad asombraba a san Agustín.