CUANDO Napoleón se proclamó emperador, en 1804, escogió un águila (de inspiración romana) como símbolo del imperio, en lugar del tradicional gallo galo.
(Por lo visto, dijo que el gallo es un animal que vive sobre el pajar y se deja comer por la raposa, mientras que el águila es el ave que lleva el rayo y mira el sol cara a cara).
En 1840, sus restos mortales fueron repatriados desde la isla de Santa Elena a bordo de la fragata Belle Poule. Al menos, eso sí, la pintaron de negro para la ocasión.