Era un día luminoso y frío de abril y los relojes daban las trece.
1984. George Orwell (Trad. Rafael Vázquez Zamora).

Llamadme Ismael.
Moby Dick. Herman Melville. (Trad. José Fernández).

-Eh bien, mon prince, Génova y Lucca ya no son más que posesiones de la familia Bonaparte.
Guerra y paz. Liev Tolstói. (Trad. Lydia Kúper).

Hoy, mamá ha muerto.
El extraño. Albert Camus. (Trad. José Ángel Valente).

El 24 de febrero de 1815, el vigía de Nuestra Señora de la Guarda dio la señal de que se hallaba a la vista el bergantín El Faraón procedente de Esmirna, Trieste y Nápoles.
El Conde de Montecristo. Alexandre Dumas. (Trad. E.V.).

Mucho tiempo he estado acostándome temprano.
En busca del tiempo perdido. Marcel Proust. (Trad. Pedro Salinas).

Un edificio gris, achaparrado, de solo treinta y cuatro plantas.
Un mundo feliz. Aldous Huxley. (Trad. Ramón Hernández).

La Nellie, una pequeña yola de crucero, se inclinó hacia su ancla, sin el menor aleteo de las velas, y quedó inmóvil.
El corazón de las tinieblas. Joseph Conrad. (Trad. Araceli García e Isabel Sánchez).

Hoy por hoy, a los Zosimo les iban bien las cosas.
El rey campesino. Andrea Camilleri. (Trad. Juan Carlos Gentile Vitale).

En la llanura lisa, bajo la noche sin estrellas, de una oscuridad y un espesor de tinta, un hombre avanza solo por la carretera de Marchiennes a Montsou, diez kilómetros de empedrado que cortaba todo recto a través de los campos de remolacha.
Germinal. Émile Zola. (Trad. Mauro Armiño).

Me invitaron el viernes por la noche a una reunión en casa de un compañero de trabajo.
Ampliación del campo de batalla. Michel Houellebecq. (Trad. Encarna Castejón).

El ama de gobierno del párroco está asomada a la ventana de la cocina rectoral; su mirada se desliza por el camino hasta muy lejos.
Soñadores. Knut Hamsun. (Trad. R. Pérez Bauces).