EL 28 de julio de 1945 un bombardero B-25 Mitchell, que se dirigía al aeropuerto de Newark en misión rutinaria, se perdió entre la niebla y se internó en el bosque de rascacielos de Nueva York.
Acabó impactando con el Empire State Building, el rascacielos más alto del mundo, a la altura del piso 79.
Murieron los tres tripulantes y once oficinistas que se encontraban en el edificio.
El avión pesaba unas diez toneladas.
El edificio sufrió daños, pero resistió y lo reabrieron parcialmente tres días después del impacto.