TODO el mundo sabe que Rómulo y Remo, amamantados por la loba y alimentados por el águila, fueron los (legendarios) fundadores de Roma.
Pero en realidad, el (legendario) fundador fue solo Rómulo. Mató a su hermano porque aquél (Remo) se saltó una línea roja: el surco que había trazado Rómulo con un arado como límite de la futura ciudad, según el designio de los dioses. Lo saltó (el surco) literalmente.