BERTRAND Russell, en Por qué no soy Cristiano, opina que el vicio y la virtud son mecanismos de las religiones (el cristianismo en este caso) para ejercer el poder del rebaño. La virtud es lo que el rebaño aprueba y el vicio, lo que reprueba y reprime, brutalmente si hace falta.
Me preocupó esta visión de la virtud como mero instrumento de poder o control social, porque precisamente la virtud es lo que, según los estoicos, debe perseguir la persona sabia para tener una vida plena.
Así que me quedé pensando si puede existir una definición de virtud al margen de este mecanismo de poder que dice Russell.
La solución, en mi opinión, vendría de aplicar al concepto de virtud la máxima de “no hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a ti”. Podría ser una definición de virtud casi absoluta.