ESTOY en el aeropuerto. Mi vuelo está retrasado por la niebla. Busco un rincón apartado y me siento a leer. Levanto la vista del libro y lo que veo es un conjunto de simios en aparente orden. Todos siguen las normas. Unos deambulan tirando de sus maletas, otros se comunican entre sí, la mayoría tiene la cabeza inclinada ante su teléfono móvil. Me da la impresión de que en cualquier momento puede romperse la armonía y desatarse el caos entre los simios.