Las tribulaciones de un marinero en tierra

#276 Colonialismo

SEGÚN el antropólogo Conrad Kottak  «el colonialismo consiste en la dominación cultural, política, social y económica de un territorio y sus gentes por parte de un poder extranjero durante un periodo de tiempo prolongado». Añade, astutamente, que  «la influencia del colonialismo no desaparece sólo porque se obtenga formalmente la independencia».

La definición de Kottak presupone que la potencia colonizadora (el poder extranjero) ocupa el territorio durante un tiempo y luego se va. Ha ocurrido algunas veces, pero no demasiadas. Dos ejemplos serían España, en el territorio que ahora es Guinea Ecuatorial, y Francia, en el territorio que ahora es la República de Guinea (Guinea-Conakry). Cuando estos países alcanzaron la independencia, los españoles y franceses se piraron. Su influencia continuó, y todavía continúa, en el hecho de que sus gentes se quedaron hablando español y francés.

Pero lo más habitual es que los colonizadores no se piren del territorio colonizado, sino que formen una élite que rompa con la metrópoli para dar lugar a un país independiente. De esta forma, el poder extranjero se infiltra e incardina totalmente en el territorio, al margen de la voluntad de las comunidades nativas originales, dando lugar a un nuevo tipo de comunidad que llamaré pseudo-nativas. Las comunidades pseudo-nativas se caracterizan por creer que poseen el derecho originario sobre el territorio (esta creencia surge por contraposición con la metrópoli, no con las comunidades nativas originales, claro). Simón Bolívar, el libertador, o el general José de San Martín, no eran precisamente quechuas, aymaras o yanomamis. Y George Washington no era precisamente seminola, wampanoag o pawnee. 

Entonces hay dos posibilidades, la primera es que la comunidad pseudo-nativa relegue a las comunidades nativas originales a un papel subordinado, pero éstas conserven, con el permiso del globalismo, cierta identidad. Este es el típico caso de las excolonias españolas de América.

La segunda posibilidad es que la comunidad pseudo-nativa asfixie casi absolutamente a las comunidades nativas originales, provocando una pérdida casi total de su identidad, hasta el punto de dejarlas reducidas a la irrelevancia y al borde de la desaparición. Este es el típico caso de las excolonias británicas de América y Australia.

Y luego está la honrosa excepción de la excolonia británica de Nueva Zelanda/Aotearoa. Aunque el daño es irreparable, me parece el intento más serio a escala mundial de mitigar y reconducir las nefastas consecuencias del colonialismo, una de las grandes manchas de la humanidad. 

Como concepto relacionado tenemos el imperialismo, que en realidad se ajusta a la definición de colonialismo del bueno de Kottak (dominación cultural, política, social y económica… ). Él debe saberlo bien, como miembro de la comunidad pseudo-nativa estadounidense que rige los destinos del mundo en nombre de ciertos valores. Hasta ahora eran éticos (lo que no deja de tener su gracia) y a partir de ahora, financieros (sólo de la comunidad pseudo-nativa estadounidense). Pero esto ya es otra historia.


Deja un comentario