Las tribulaciones de un marinero en tierra

#251 In God we trust?

DESDE que me dieron las primeras clases de religión (católica) siendo un renacuajo, he pensado que la existencia de Dios es incompatible con la de Satanás. Bueno, más que la existencia, el hecho de que Dios fuera todopoderoso, omnisciente e infinitamente bueno (all powerful, all knowing y good & loving, como dirían nuestros amigos angloparlantes). Un Dios de andar por casa, tipo Tutatis (masculino, celta) o Chaxiraxi (femenina, guanche), sí sería compatible con Satanás.

Ya de mayor, he descubierto que esa idea infantil mía también ha (pre)ocupado a muchos sabios y filósofos occidentales desde la antigüedad. Se la conoce como «paradoja de Epicuro», aunque no consta que el bueno de Epicuro (341-271 a.C.) se haya ocupado personalmente de este intrincado problema. Sobre todo porque el Dios católico-cristiano todavía no se había inventado.

Pero bueno, la paradoja se resumiría tal que así:

El mal existe.

¿Puede Dios evitar el mal? Si no puede, no es all powerful.

¿Sí podría pero no sabe que el mal existe? Entonces no es all knowing.

¿Sabe que existe el mal y podría evitarlo, pero no quiere? Entonces no es good & loving.

La conclusión es que Dios no puede tener las tres características simultáneamente. Puede tener dos de ellas, una sola, o ninguna. Cualquiera de esas combinaciones es compatible con la existencia del mal (Satanás). La más preocupante es que sea all powerful y all knowing, pero no good & loving. Hablando en plata, que Dios sea un perro de cuidado. Pero otra posibilidad es que el dualismo católico (Dios vs Satanás) provenga de que Dios no sea all powerful (y Satanás tampoco, claro).

¿Qué dice la propia Iglesia al respecto? En mi típico Catecismo de la Iglesia Católica, comprado en la típica «librería diocesana» de una ciudad random, y aprobado en 2005 por Benedicto equis-uve-i (el crack del dogma), pone lo siguiente:

57. Si Dios es todopoderoso y providente ¿por qué entonces existe el mal?

Al interrogante, tan doloroso como misterioso, sobre la existencia del mal solamente se puede dar respuesta desde el conjunto de la fe cristiana. Dios no es, en modo alguno, ni directa ni indirectamente, la causa del mal. Él ilumina el misterio del mal en su Hijo Jesucristo, que ha muerto y ha resucitado para vencer el gran mal moral, que es el pecado de los hombres y que es la raíz de los restantes males.

58. ¿Por qué Dios permite el mal?

La fe nos da certeza de que Dios no permitiría el mal si no hiciera salir el bien del mal mismo. Esto Dios lo ha realizado ya admirablemente con ocasión de la muerte y resurrección de Cristo: en efecto, del mayor mal moral, la muerte de su Hijo, Dios ha sacado el mayor de los bienes, la glorificación de Cristo y nuestra redención.

Estas respuestas (como la mayoría de las del catecismo, dicho sea de paso) son como para que te explote la cabeza (la segunda me suena un poco al yin y el yang y tal). La verdad es que no aclaran nada ni cambian las conclusiones anteriores sobre el dualismo católico. Pero que cada primate lo interprete como quiera.


Deja un comentario