HAY ALMAS de cántaro que siguen con el rollo de que la creatividad y las emociones son capacidades exclusivamente humanas. Sostienen que la IA solo es un «acelerador» que nos permitirá alcanzar las más altas cotas de desarrollo. Y que solo están en peligro los empleos de aquellos que no aprendan a usar la IA.
Lo siento, pero me temo que la creatividad ya no es una capacidad exclusiva de los humanos. Aunque se genere por un método diferente al que usa nuestro cerebro, ya es indistinguible, por no decir mejor, además de más rápida y (nuestra perdición) más económica. A quién le importa si Deep Blue le ganó a Kasparov por fuerza bruta y no sabe realmente jugar al ajedrez. Le ganó y punto. ChatGPT pasaría de sobra el test de Touring (no lo hace únicamente porque está programada para no hablar de ciertos temas). Y eso que la IA todavía está en pañales, cualquier sutil diferencia entre cerebro y máquina será superada.
Con el asunto del empleo, sigo escuchando la analogía de los caballos y el invento del automóvil, que se crearon muchos más empleos en cosas nuevas y bla, bla, bla. Pero hay una diferencia: se supone que la IA va afectar a los típicos curros de oficina (burguesía) más que a los curros manuales (proletariado). Mientras que el barrendero seguirá con su escoba, el Autocad (TM) no sabrá si lo maneja un ingeniero industrial o una IA (si lo supiera, preferiría la IA). A los ricos, por su parte, les dará lo mismo prescindir de su chófer que de su abogado (o preferirán quedarse con el chófer). Los que no aprendan a usar la IA, en efecto, serán despedidos. Y los que sí aprendan, también, solo que un poco más tarde.
Esto nos lleva al siguiente escenario futuro:
Una élite (los gorditos de toda la vida) viviendo como marajás, asistidos por la IA y por un ejército de sirvientes cualificados (los flacos), que serán sustituidos gradualmente por robots (la IA con engranajes y cosas). Bueno, y tal vez quede un núcleo duro de científicos (los tontos útiles) como operadores de la IA. Pero serán muy pocos y durarán poco tiempo, hasta que sean sustituidos también por la IA. Todos los que vayan siendo remplazados por la IA vivirán miserablemente en guetos infames, custodiados por robots armados al servicio de la élite.
¿Qué estamos haciendo mal para acabar así? Muy sencillo: seguirle la corriente al capitalismo y su estúpida manía por el crecimiento económico y la productividad. Pero como dijo una persona sabia (no recuerdo quién, pero no fue Einstein), es más fácil imaginar el fin del mundo que el fin del capitalismo. Hay, sin embargo, una esperanza: recordar que han existido civilizaciones sin el invento de la rueda, pero no sin historias contadas alrededor de una hoguera. (No, esto tampoco lo dijo Einstein).
