Las tribulaciones de un marinero en tierra

#230 Salir de Compostela

SALIR de Santiago es más fácil que llegar. Al menos para los caminantes que van a Fisterra. Solo hay que echar a andar hacia el oeste, más o menos siguiendo el sol: de espaldas por la mañana y de frente por la tarde. La calle está silenciosa porque es temprano. Hay olor a pan en el aire. Un puentecillo. Un riachuelo que fluye. Los carballos que te asombran, con su negra sombra, sin pedir nada a cambio.


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