Las tribulaciones de un marinero en tierra

#219 Spoiler (fake)

HE AQUÍ la última frase de una ducia de libros. Digo que es un falso spoiler porque con una sola frase no se desvela realmente el final de una trama. Tal vez con el último párrafo… De todas formas, me parece divertido y tal.

Nada. Carmen Laforet.
Unos momentos después, la calle Aribau y Barcelona entera quedaban detrás de mí.

Por quién doblan las campanas. Ernest Hemingway.
Podía sentir los latidos de su corazón golpeando contra el suelo cubierto de agujas de pino. (Trad. Lola de Aguado).

La conjura de los necios. John Kennedy Toole.
Y tomando la cola de caballo en sus manos, la apretó cálidamente contra su húmedo bigote. (Trad. J. M. Álvarez y Ángela Pérez).

Madame Bovary. Gustave Flaubert.
Y, por último, acaba de ser condecorado. (Trad. Ramón Ledesma).

Los hermanos Karamázov. Fiódor Dostoyevski.
¡Hurra por Karamázov! -volvió a gritar Kolia, entusiasmado, y una vez más todos los muchachos repitieron su exclamación. (Trad. Augusto Vidal).

Camino de perfección. Pío Baroja.
Y mientras Fernando pensaba, la madre de Dolores cosía en la faja que habían de poner al niño una hoja doblada del Evangelio.

Rebelión en la granja. George Orwell.
Los animales que estaban fuera miraban a un cerdo y después a un hombre, a un hombre y después a un cerdo y de nuevo a un cerdo y después a un hombre, y ya no podían saber cuál era cuál. (Trad. Marcial Souto).

Una novela de barrio. Francisco González Ledesma.
Debajo una sola palabra: «SABIA».

Tirano Banderas. Ramón del Valle-Inclán.
Zamalpoa y Nueva Cartagena, Puerto Colorado y Santa Rosa de Titipay, fueron las ciudades agraciadas.

El corazón de las tinieblas. Joseph Conrad.
La desembocadura estaba bloqueada por un negro cúmulo de nubes, el apacible canalizo que conducía a los más remotos rincones de la tierra fluía sombrío bajo un cielo cubierto, parecía conducir hacia el corazón de una inmensa oscuridad. (Trad. Araceli García e Isabel Sánchez).

2001, una odisea espacial. Arthur C. Clarke.
Mas ya pensaría en algo. (Trad. Antonio Ribera).

L’étranger. Albert Camus.
Pour que tout soit consommé, pour que je me sente moins seul, il me restait à souhaiter qu’il y ait beaucoup de spectateurs le jour de mon exécution et qu’ils m’accuillent avec des cris de haine.


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