TENGO la costumbre de escribir los mensajes de chat lo mejor posible, ortográficamente hablando: tildes, doble signo de interrogación, comas, punto final, sin abreviaturas… Tiene pinta de ser una manía como cualquier otra y yo ser un maniático como cualquier otro. Pero creo que no. Tengo mis razones.

Lo primero es aclarar que no creo en la inmutabilidad de la ortografía (ni de ninguna otra cosa). Me parece bien que las palabras cambien. Incluso me divierte: uno de mis hobbits es cambiar palabras. Pero con los signos de puntuación no soy tan flexible, una simple coma de más o de menos (casi siempre de menos) puede cambiar por completo el sentido de una frase.

Otra razón es que no me gusta precipitarme al escribir los mensajes, no me gusta “reaccionar” (salvo las típicas chorradas con mis verdaderos amigos). Esto tiene dos vertientes: esperar un rato antes de contestar y escribir pausadamente. A veces me desespero, sobre todo si el corrector del móvil hace de las suyas, pero intentar escribir bien me sirve para no tener prisa y, al final, comunicar mejor, que es el objetivo.

Por último, lo hago como (humilde) homenaje y reconocimiento a los eruditos del Museo y Biblioteca de Alejandría. Fueron los primeros en introducir mejoras en la puntuación de los textos, además de anotaciones, para facilitar su comprensión. Porque los antiguos (en esto no tienen mi admiración) tenían la costumbre de escribir todo con mayúsculas y sin espacios entre las palabras ni signos de puntuación. Te volvías mico para entender algo. Por ejemplo:

ESCRIBIANDEESTAFORMAYPARAMASINRILOHACIANAMANOSINT
IPOSDEIMPRENTANINADAESDECIRUNINFIERNOGRACIASPORLEE
RESTAENTRADAYHASTAELPROXIMOPALIKE