Las tribulaciones de un marinero en tierra

#179 Filosofías de vida

DESDE hace algún tiempo estoy interesado en las «filosofías de vida». No tengo muy claro cómo definirlas, hago un intento con lógica difusa.

Una religión es más o menos fácil de definir: un sistema de creencias que pretende dar sentido a la existencia a través de lo divino, con sus rituales, sus textos sagrados y sus cosas. Viene a ser «conocimiento revelado», es decir, surgido de aceptar sin más lo que cuentan los intermediarios con los dioses.

Una filosofía también es fácil de definir: un sistema intelectual que pretende casi lo mismo que una religión, pero sin recurrir a lo divino, sino mediante el razonamiento, la reflexión crítica y el pensamiento analítico. Como madre de las ciencias hard, la filosofía es esencialmente «conocimiento científico», aunque un poco soft.

Llegamos a la idea de «filosofía de vida»: una filosofía práctica, aplicada al cómo vivir, es decir, un sistema de pensamientos y valores que sirven de referencia para tomar mejores decisiones y llevar una vida más plena. (Por ahora no voy a hablar de felicidad, que, en mi opinión, es un concepto tramposo). Se centra, por tanto, en la componente ética de toda filosofía: los principios morales, los conceptos de bien y mal, y la conducta.

Desde esta perspectiva, no hay duda de que el cristianismo, el islam, el judaísmo y el hinduismo, por citar solo unos ejemplos, son religiones. Ni de que el existencialismo, el utilitarismo o el racionalismo son filosofías (también lo son los pensamientos de los típicos filósofos de toda la vida, como Platón, Kant, Spinoza o Wittgenstein).

En cuanto a las filosofías de vida, yo incluiría el estoicismo, el epicureísmo, el taoísmo y otras. Pero claro, aquí entramos en terreno pantanoso (por eso decía lo de la lógica difusa), porque estos sistemas de pensamiento también tienen o han tenido una componente religiosa muy clara. Un ejemplo paradigmático es la atracción por el budismo en occidente, gracias a su idea de la liberación del sufrimiento y a sus técnicas de meditación. Mucha gente que se proclama budista olvida la reencarnación, las deidades de cada corriente, e infinidad de otras creencias que lo aproximan al concepto de religión.

Dicho esto, tampoco hay que perderse en laberintos terminológicos. Las clasificaciones y definiciones ayudan a tener un marco de referencia, pero no deben estar escritas en piedra. Podemos concluir que lo que yo he llamado «filosofías de vida» son un subconjunto, caracterizado por su aplicabilidad a la vida cotidiana, de sistemas más amplios.

En el palike #91 hablé del estoicismo, mi filosofía de vida favorita. Próximamente lo haré sobre el taoísmo, que también me está gustando bastante. Pero sea cual sea la filosofía de vida preferida de cada cual, hay dos elementos que me parecen fundamentales: 1. Observarse uno mismo todo el rato y con espíritu (auto)crítico. 2. Leer a los antiguos; ya lo han dicho (casi) todo y con brillantez.


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