LLEVO tiempo dándole vueltas a la idea de pasar de las noticias de actualidad como del agua sucia. Son una brasa y una matraca insufribles que no hacen sino provocarme angustia y distracción.

Por fin hoy me he decidido a hacer la prueba de estar una semana absolutamente desconectado de la actualidad. Fuera “telediarios”, periódicos y túiteres. No creo que vaya a pasarme nada si no estoy a la última. Al contrario, creo (este es el objetivo del experimento) que seré más feliz.

No estoy hablando de la felicidad del ignorante, sino de escapar de la absurda espiral de ruido y crispación que nos envuelve. La información no es sólo la rabiosa (nunca mejor dicho) actualidad. También es un libro, una película, un paseo, o una conversación tranquila (por ejemplo, a la hora del aperitivo).

En una semana les cuento mi experiencia como newsless.